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LA ERMITA DE ÁLIVA

En los puertos de Áliva, compartidos por todos los pueblos del Ayuntamiento de Camaleño, se encuentra la ermita de la Virgen de la Salud cuya fiesta se celebra el día dos de julio. La actual ermita data de 1945 y sustituyó a las que, durante siglos, se habían sucedido dedicadas a San Pedro Advíncula. La última databa de 1851 y ocupaba una superficie de unos 60 metros cuadrados (10 por 6 metros); en su presbiterio tenía un sencillo retablo donde se hallaba la imagen de San Pedro y a la entrada de la ermita había un pequeño espacio para cobijarse los pastores y transeúntes del puerto los días de tormenta, separado por una verja de la parte principal.

Las primeras noticias que tenemos de la existencia de esta ermita son a través de las Ordenanzas del Puerto de Áliva de 1647, en las que se ordena la construcción de la citada ermita (no era, sin embargo, la primera vez que se construía), la cual es encargada al maestro cantero Mateo de Villa, colaborando los vecinos en las labores de edificación, y siendo la obra por cuenta del Valle.

Así, en el capítulo primero dicen dichas Ordenanzas:

«Por vía de ordenanza, ordenamos y mandamos que desde aquí y en adelante perpetuamente, en cada año para el día de San Pedro, primero de Agosto, a costa de la tercia parte que al valle toca, de las penas de dicho puerto de Áliva, se diga una Misa y el regidor general de dicho valle tenga obligación a prevenir cura que la diga dicho día de cada año, y si el dicho Regidor General no hiciese decir dicha misa, le penen desde luego en dieciséis maravedís para ocho misas que se digan por las Ánimas del Purgatorio en el Convento de San Raimundo [...]. Luego ordenaron y mandaron que desde aquí adelante perpetuamente las terceras partes de las penas que hubiere en dicho Puerto de Áliva, que tocan al Valle, sean para la fábrica y reparo de dicha ermita de San Pedro» [...].

Imagen de S. Pedro que actualmente existe en la ermita de la Salud El 25 de Septiembre de 1653 se da poder a Miguel de Estrada, Regidor General del Valle, vecino de Espinama, entre otras cosas, «para que haga hacer una imagen del Señor San Pedro y dorarla y ponerla en la ermita del puerto de Áliva y poner cerradura en dicha ermita y tejarla y todo lo demás que sea necesario a la misma».

De aquellos años es otro documento que nos confirma la existencia de una construcción anterior: el testamento de Pedro Rodríguez de Cosgaya, muerto hacia 1673 en Sevilla, cuando volvía de Indias. Pedro, ausente durante unos 29 años, entre los beneficiarios de sus legados menciona a la ermita de San Pedro de Áliva, lo que indica que cuando él marchó de Espinama ya tenía una cierta antigüedad.

Las siguientes Ordenanzas del Puerto de Áliva, las del año 1769, insisten en lo reflejado en las anteriores. Así, en su capítulo 25 dicen:

«Otrosi ordenaron y mandaron que el procurador general que es o fuese de este valle tenga la obligación a prevenir sacerdote que el día primero de Agosto en cada un año diga una misa en la ermita de San Pedro de Áliva sita en dicho puerto por cuya limosna y gasto se le paguen veinte reales en cada un año a cuenta de dicho valle, esto en caso que en su puerto no halle penas y multas para satisfacerlo, y si dicho regidor, por su negligencia no lo ejecutase, a su cuenta se han de decir en dicha ermita».

Y en el capítulo 26:

«Otrosi ordenaron y mandaron que aquí en adelante el procurador que es o lo fuese de este dicho valle tenga la obligación a reparar a dicha ermita de todo lo necesario para su conservación en el tiempo que fuese tal procurador por cuenta de este valle, y por su negligencia no lo hiciese en el tiempo que le corresponde como a tal procurador quede responsable a hacerlo de su cuenta, y pagar los daños».

La dureza de los inviernos en aquellas altitudes explica el énfasis puesto en su conservación y justifica también la necesidad periódica de sustituir la construcción existente por otra nueva, como sucedió en 1851. Probablemente, la nueva fuera la que vemos en esta fotografía de 1922:

La ermita en 1922. Foto de Pío Noriega, tomada de http://www.corbisimages.com/stock-photo/rights-managed/42-25163981/a-view-of-a-mass-held-for?popup=1

Ya en el siglo XX y con la nueva advocación de la Virgen de la Salud, se produce un nuevo cambio que afecta incluso a la ubicación en el Puerto. Explica la Asociación El Ciliembru que, «como la antigua ermita era muy pobre, en todo el valle de Valdebaró cundía la idea de la construcción de una nueva ermita. El vecino de Camaleño, Dn. Emiliano Celis fue el impulsor: hizo que los sueños se hicieran realidad y con sus trabajos y aportación personal contribuyó a levantar la nueva ermita.

La ermita en 2005 El Ayuntamiento de Camaleño, que presidía Dn. Eduardo García Llorente, recogió la idea y en una sesión de la Corporación Municipal, los Concejales acordaron citar a los Presidentes de todos los pueblos y les invitaron a cooperar para levantar la nueva ermita. Todos aceptaron, comprometiéndose cada pueblo en un trabajo especial, como abrir cimientos, aportar piedras, madera, cemento, agua,...

En el año de 1945 comenzaron las obras y en 1946, el día dos de Julio, fiesta de la Salud, se inauguró la preciosa ermita que hoy luce en el centro del Puerto de Áliva».

Finalmente, hace unos pocos años, la ermita fue objeto de una rehabilitación quedando en el estado que se aprecia en la fotografía.

Agradezco a la Asociación El Ciliembru la información facilitada

© Gabino Santos, 2006 (actualizada con la foto de 1922 en 2014)