RECUERDOS DE UN RODAJE
Por RAFAEL YAGÜE COMPADRE*
Ver
este enlace de la "peli" de Marianela me ha traído muchos recuerdos de aquel verano. El rodaje de Marianela fue todo un acontecimiento en Espinama, porque a pesar del creciente trasiego de turistas y tráfico por la casi recién abierta y asfaltada carretera, tras la inauguración del teleférico, la oferta de ocio y distracción para los chavales se circunscribía a los juegos de calle e imaginación: el más divertido, "pídola", tenía su centro operativo en la Obra Pía, era un juego un tanto bruto cuando alguien se pasaba con los espoliques o con la "carta, sobre, sello, matasello y pa'l buzón" (soberana patada en el culo). También se jugaba mucho con el aro, recorriendo las callejas y a ver quién tenía más pulso y pericia para llevarlo despacio cuesta arriba, sin caer.
Más tarde, el bar de Vázquez también sería un centro de reunión para adolescentes. Vázquez siempre tenía humor y paciencia con los chavales y nos dejaba sentarnos un rato a jugar a las cartas, hasta que venían los mayores; ellos consumían y, eso, eran mayores. Finalmente, las cuadras; en la de Máximo, algunos echamos a escondidas el primer pìtillo. Nombrando esa cuadra, puede suponerse quién o quiénes propocionaban el tabaco; pasados los años y prescrito el delito, podría señalarse también al delincuente o pecador, pero mejor no explicitarlo. El senderismo no se veía aún como actividad de ocio, o al menos yo no lo recuerdo así; lo que recuerdo es que se andaba mucho por los senderos y por los caminos, pero por obligación y muy pocas veces por placer: "
Ivos al prao a llevar la comida, a esparder, a atropar, a traer las vacas, a lo que fuera...".
Situándose en esos años y en ese ambiente, el rodaje de la película fue totalmente innovador e insólito y quienes más disfrutaron con ello fueron, sin duda, los niños. Recuerdo que lo pintaron todo como de color de teja, "colorao"; todo, los rostros de la gente, los animales, concretamente caballos, los carros,... y nos chocaba. También recuerdo que no se cansaban de repetir las mismas escenas una y otra vez, y de Rocío Dúrcal corriendo en Fuente Dé. Dentro del pueblo se utilizó mucho la cuadra de Prellezo y rodaron en todo ese entorno del barrio de Quintana, en la casa de Carmina Camacho, los aledaños de la casa de Ginio, en el puente de San Vicente e, incluso bajaron por donde viven Jesús y Quina, hasta el puente de abajo, que cruza el río para el camino de Pierga y el cementerio. No sé lo que saldría al final en la película; no la he visto.
Ni mi hermano Javier, que estaba conmigo aquel verano, ni yo participamos como "extras". A los chavales de entonces que sí lo hicieron les dieron, me parece recordar, "veinte duros". En la secuencia creo reconocer a Nacho (el pequeño de Tea), pero después de tantos años, no estoy seguro. A Ché (que en Gloria esté) le envidiamos muchos entonces; con lo que le dieron por la película su padre le compró una bici de "media carrera" (todo un lujo de tres piñones con cambio) y no paraba de ir a toda leche carretera arriba, carretera abajo y de hacer derrapes en la Obra Pía. Mi hermano Javier y yo usábamos una "Orbea" de mi tío, de las de frenos de varilla, y no había comparación, y eso que nosotros éramos afortunados, porque como me ha recordado mi hermano, nadie más, salvo Ramón (de Máximo) tenía bicicleta, y a la de Món, encima le faltaba un pedal, así que parece que emprendimos un próspero negocio de préstamo-alquiler de bici: vuelta completa al pueblo hasta los garajes, una peseta. Pero lo de la bici de Ché nos debió de hundir el negocio, todos le pedíamos que nos dejara dar una vuelta en la suya y queríamos comprobar cómo "cambiaba".
*Rafael Yagüe Compadre es hijo de Alicia, sobrino de Evelio.
Rafael, en sus recuerdos del rodaje, destaca cómo les llamaba la atención cómo lo coloreaban todo de rojo. La respuesta de porqué lo hacían está en las palabras de Marianela en este fragmento, rodado en Pido:
© Gabino Santos
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